Una de las características principales de la mayoría
de las personas sobre todo de las mas jóvenes, es que quieren los resultados ya,
sin involucrarse en el proceso para obtenerlos.
Recuerdo que mi madre me decía “hay mijo no es
soplar y hacer botellas” y hoy en día entiendo muy bien a lo que se refería, para
los que no saben, el proceso de elaboración de las botellas de vidrio es
bastante complejo, primero se mezcla la arena de sílice, el carbonato de sodio
y la piedra caliza, luego se introducen a un horno a 1500ºC, luego las láminas
obtenidas pasan por un refinador donde se enfrían a una temperatura de 1250ºC y
de allí se cortan en gotas que van a la zona de formación, en el que están los
moldes, y es allí donde se sopla la botella a una temperatura de 700ºC y ya se
obtiene la forma de la botella, pero tienen que pasar por un proceso de recocido
donde se calientan nuevamente a 565ºC y cuando se enfrían del todo se les pone
el recubrimiento final, y de ese modo se obtiene una botella.
Efectivamente si se sopla el vidrio para obtener
la botella, mas sin embargo el proceso no es sencillo, en nuestra vida es algo
similar y sobre todo en nuestra vida Cristiana, que al aceptar a Cristo en
nuestro corazón le declaramos la guerra al diablo, y él buscara la manera de
que tengamos aflicciones, pero Jesús nos dice que no temamos porque Él ha
vencido al mundo, eso quiere decir que venció al diablo al momento de ser
crucificado por nuestros pecados.
Colosenses 2:15 “y despojando a los principados
y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”.
En la palabra de Dios Él nos manada a esforzarnos
y ser valientes, porque la puerta de la salvación es angosta y mantenerse firme
para llegar a ella requiere compromiso, dedicación y sobre todo hacerse a un
lado o quitarse del medio, digo esto porque en nuestras fuerzas es imposible,
tenemos que confiar en Él porque el da fuerzas al cansado, así que confíen que sin
Él nada con Él todo, en Hebreos 11:6: nos dice “… sin fe es imposible
agradar a Dios, …”
Así que mis estimados hermanos entiendan que los
acontecimientos de nuestra vida nos llevan a mejorar, ese es el proceso
necesario por el que todos tenemos que pasar para que dejemos de ser nosotros mismos
y reflejemos a Cristo en nuestro lugar, siendo mansos, humildes, de un
comportamiento intachable, así que sean un ejemplo de cambio, de perseverancia.
Con la gracia de nuestro señor Jesucristo, el amor
del Padre y la unión del Espíritu Santo, Dios los bendiga, hoy, mañana y
siempre.

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