miércoles, 24 de junio de 2020

¿Por qué se oxidan las cosas?


Jerome, Arizona, Cobre, Fantasma, Oxidado, Histórico

Posiblemente muchos han visto cosas oxidadas, dañadas, deterioradas, que han perdido su forma o su estética, y se preguntarán ¿Por qué? y aunque la respuesta es simple, su entendimiento es complejo. Para entenderlo mejor tenemos que definir la oxidación como: la acción y efecto de oxidar u oxidarse. La oxidación es un fenómeno en el cual un elemento o compuesto se une con el oxígeno, aunque rigurosamente hablando, la oxidación como tal se refiere al proceso químico que implica la pérdida de electrones por parte de una molécula, átomo o ion.

Ya entendiendo que es la oxidación podemos entender que hay muchos tipos, si bien lo primero que se les viene a la mente es el efecto que tiene sobre el metal, ya sea en un coche, una bicicleta, cualquier tipo de tubería o laminas, entre otros; pero tenemos que ver que están en nuestro día a día y simplemente no lo percibimos así, un ejemplo de esto es que cuando cortamos una manzana, esta después de cierto tiempo empieza a ponerse negra, eso es un proceso de oxidación, hay algunos procesos más rápidos que otros no obstante si no se toman las previsiones correctas todo se llega a oxidar, cuando hablamos de algún tipo de maquina decimos que se oxido porque se dejó de mover pero no es del todo cierto, debido a que si aun en movimiento no tomamos las previsiones pertinentes igual se oxidaría no con la misma rapidez pero si se deterioraría.

Por más que hay piezas que se oxidan y se daña parte de ella siempre habrá la forma de cómo solucionar esta situación, se podría lijar, pintar, cortar o remplazar la pieza afectada. Y si estamos haciendo un mantenimiento rutinario evitaríamos la oxidación de las cosas, porque como su nombre lo dice depende del oxígeno, algo que está en todos lados hasta en el agua. Llevándolo a nuestras vidas podemos entender que sin oxígeno no podemos vivir, y a pesar de que en el agua pueden respirar los peces nosotros no lo podemos hacer o viceversa, cada uno tiene un lugar al que pertenecer, estamos diseñados para amarnos y las personas que viven de esta manera entienden que para poder amar hay que tener paz en nuestro corazón y para ello tenemos que tener un mantenimiento constante para no oxidarnos, porque si caemos en oxidación nos apartamos del propósito del amor y nos vamos deteriorando progresivamente y la maldad o negatividad se apodera de nuestra vida y ya no tenemos paz. Y al no ser feliz tratamos que los demás sean infelices. Aquí podemos entender una de las cosas que nos dijo Nuestro Señor Jesús.
“La paz les dejo, Mi paz les doy; no se la doy a ustedes como el mundo la da. No se turbe su corazón ni tenga miedo”. Juan 14:27
“El que tiene Mis mandamientos y los guarda, ése es el que Me ama; y el que Me ama será amado por Mi Padre; y Yo lo amaré y Me manifestaré a él” Juan 14:21
Debido a las circunstancias que estamos viviendo una de las cosas que mas hemos aprendido es a lavarnos las manos, así mismo tenemos que hacer en nuestra vida. Porque la oxidación espiritual es algo que no se ve cuando comienza y que tenemos la necesidad de saberlo para que no pueda hacernos daño. Las circunstancias de la vida a veces nos hacen dudar y perder el rumbo permitiendo que nos oxidarnos lenta o rápidamente no lo sé, dependerá de cada persona de sus costumbres y manera de pensar, pero algo que tengo claro es que
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis {soportar,} sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistir{la.}” 1 Corintios 10:13
 
Así que tenemos que tener fe y entender que la felicidad no está en algo o alguien está dentro de nosotros, mas sin embargo hay que vivir tratando de hacer feliz a los demás, NO COMPLACER a los demás sobre nuestro parecer. Recordemos que:
“Porque si amareis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?” Mateo 5:46
1 Corintios 10:23 “Todo me es lícito, mas no todo conviene: todo me es lícito, mas no todo edifica. 24 Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.”

Ahora que estamos vivos tenemos la oportunidad de mejorar constantemente, acepta a Cristo en tu corazón y permite que te guie en el camino de la perfección y te haga mejor persona y te haga el mantenimiento para que quite tu oxido espiritual y te llene de paz. Dios los bendiga hoy, mañana y siempre…

Linterna, Antigua Linterna, Pincel, Saco, Oxidado

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Soplar y hacer botellas

  Una de las características principales de la mayoría de las personas sobre todo de las mas jóvenes, es que quieren los resultados ya, si...