Obediencia

 

Las batallas no se ganan solo con la fuerza, se ganan gracias a la inteligencia y la obediencia. La estrategia juega un papel muy importante en cualquier cosa que te propongas y obedecer dicho plan te ayudara a cumplir tu propósito. Sin obediencia no hay nada, es como tratar de encender la luz sin presionar el interruptor.

La palabra de Dios nos llama a ser obedientes Job 36:11 “Si obedecen a Dios y le sirven, Dios les concede días de paz y bienestar” pero al ver que no obtenemos lo que queremos inmediatamente se nos acaba la fe, a veces pedimos cosas sin estar dispuestos a dar algo a cambio y no hablo de lo económico hablo de compromiso.

Imaginen que todas las parejas se trataran de la misma forma que se enamoraron y corregir nuestros errores por el mismo amor y de la mismo forma. Creo que la taza de divorcios descendería drásticamente.

Pero queremos una vida equilibrada pero a veces solo pedimos, pedimos y no damos, ejemplo pedimos ser el mejor de la clase pero no queremos estudiar o no nos esforzamos lo suficiente, y cuando el resultado no es el que queremos le echamos la culpa a todos, mas no asumimos que fue nuestro error. Para ser el mejor tenemos que aplicarnos y comprometernos. Al igual que cuando vivimos en envidia, chismes, odio, etc, de la misma manera nos alejamos del amor, la bondad y humildad, etc.

La balanza de la vida va a pesar según a tu obediencia, si decides seguir los pasos de hombre o decides seguir los pasos de Dios y espero de corazón que sea lo segundo y para ello tienes que aceptar a Cristo en tu corazón porque Él es el Camino, la Verdad y la vida.

Romanos 5:19 “Porque así como por la desobediencia de un solo hombre muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos” Aquí se habla de Adán quien desobedeció a Dios y nos condenó al pecado y la maldad entro al mundo, y también habla de Jesús que por su obediencia nos dio la salvación Juan 15, 18-21: Ustedes no son del mundo, sino que Yo los elegí y los saqué de él.

Con la gracia de nuestro señor Jesucristo, el amor del Padre y la unión del Espíritu Santo, Dios los bendiga, hoy, mañana y siempre.